jueves, 1 de marzo de 2012

La Saya y Manto

El primer medio siglo de la época republicana, Lima, presentaba un aspecto muy austero que contrastaba con la ornamenta y elegancia de sus casonas e iglesias. Muchos viajeros describían a Lima, como la ciudad más hermosa, tanto en su arquitectura como en sus mujeres, que mucho llamaron la atención.

La vida social límense, a mediados del siglo XIX, había sido afectada debido a la gran guerra de independencia que había convertido, a muchas familias ricas en pobres. (Debido a las donaciones y préstamos obligatorios decretados para apoyar al ejército libertador). Pero como todos sabemos al hablar de “moda” no existe impedimento alguno en tenerla y esto se refleja en especial en las mujeres de antaño como en hoy en día.
Al hablar del Virreinato del Perú automáticamente se viene a nuestra memoria la imagen de las tapadas limeñas y el uso de la saya y manto, que fueron, por muchos años el icono de esta época. Pero si bien es cierto que fueron netamente coloniales aparecieron con mucho más furor durante los primeros años del Perú Republicano.
¿Pero cuándo nace esta moda en el Perú? Es algo que nos ha causado curiosidad durante mucho tiempo. Ya para fines del siglo XVIII estos enigmáticos personajes que tanto llamaron la atención en su época, como hoy en día, fueron mencionados tanto en la literatura como en la pintura. Es así las encontramos inmersas en la obra de Manuel Asensio Segura, las picarescas Tradiciones Peruanas de Ricardo Palma y estos sirvieron como inspiración a las acuarelas costumbristas de Pancho Fierro.
Manuel Ascensio Segura , exponente del costumbrismo peruano ,nos narra en su comedia: La saya y el manto (1841 ó 1842) como un solicitante de empleo en el Aparato del Estado no vacila en usar a las mujeres (vestidas de saya y manto) para consecución de su objetivo, para lograrlo, enamora a una joven y le promete matrimonio, con el fin de que mediante su intersección y la influencia de su cuñado, consiga el puesto que tanto solicita .Aquí vemos la burla y el uso de la Saya y Manto , cuando la protagonista intercambia esta vestimenta con una cómplice, para no ser reconocida.
Ricardo Palma con su lenguaje sencillo y utilizando muchos vocablos de antaño nos narra en sus “Tradiciones Peruanas” como las tapadas se convirtieron en el centro de la vida limeña de esta época , en sus escritos :”Conspiración contra la Saya y Manto” nos expone ………………..” me he chamusquedo las pestañas al calor de un lamparín, buscando en antiguos infolios el origen de aquel tan gracioso como original disfraz llamado saya y manto……………Mas fácil fue para Colón el descubrimiento de América que para mí el saber a punto fijo en qué año se estreno la primera saya”. En 1561 el Conde de Nieva dicto las Ordenanzas en las cuales hacía mención unas especificas al uso de la saya y el manto, pues las consideraba pecaminosas y esto era porque habían maridos que al reconocerlas en las calles por el velo en la cara les daban piropos metiéndolos en grandes problemas al descubrir que la agasajada era su mismisa esposa.
La época que le toca vivir a la limeña “tapada” para mí fue la más hermosa, donde Lima todavía podía ser recorrida en calesa jalada por caballos o caminar por las alamedas disfrutando de una tarde de tibio sol, esto precisamente lo evoca Alicia Maguiña en su hermosa canción (que la escuchaba mucho cuando era pequeña debido al amor platónico de mi padre a esta cantante) donde nos narra en forma sencilla esos momentos, aquí un extracto de su canción:
Callejas polvorientas,
de acequias rumorosas,
bullicio, cierrapuertas,
menudo pie de mozas.

Caricias del recuerdo………….

La flor de esta Lima Virreinal,
fue la limeña de ingenio al hablar,
……………… mirada, de fino corpiño
y garbo al caminar.

¡Ave María Purísima!
¡Viva el Perú y sereno!
Balcones y azulejos,
celosías, zaguanes,
en Amancaes festejos,
San Nicolás sus panes.
Caricias del recuerdo del ayer,
que el viento me regala al rezongar,
veo la saya y manto por doquier,
de un abanico escucho el murmurar.

La vestimenta de las limeñas es capaz la que más me apasiona, Flora Tristán dice en su obra: ………el lujo y el refinamiento en todo son para ella indispensable. Seria en realidad desgracia si no tuviese camisa de batista adornada con encajes, bonitas medias de seda y zapatos de raso de los mejores hechos. No hay mujer en Paris que use mas que ella, perfumes, pastas, pomadas, baños y cuidados de toda especie para su persona. Por el perfume que exhala se creería uno rodeada de magnolias, rosa y jazmines. Y las flores tan frescas como hermosa que constantemente adornan su cabeza la harían suponer consagradas a su culto……….. Cuando Palma las menciona en su obra la describe como una dama muy elegante y a la que no importaba la incomodidad de la vestimenta con tal de estar a la moda, (esto incluye la cintura de avispa formada por el muy apretado corpiño o el problema de ir al baño) Por ejemplo se dice que la limeña nunca salía de casa sin su pequeño bolso, en el cual cargaba aguja e hilo y no era raro verla sentada en la plaza o en la alameda cosiendo su pequeño zapatito de seda que siempre solía romperse cuando ella trataba de cruzar una pequeña acequia. El uso de las grandes sayas pasaron también por muchas temporadas las cuales se adaptaban de acuerdo a las situaciones políticas. Pancho Fierro en sus obras pintorescas también se dedico a describirlas con mucho detalle donde se podían observar desde las muy amplias hasta las más estrechas. Hay algo que causo mucha curiosidad como por ejemplo cuando estas pueden ser clasificadas de acuerdo a los periodos de nuestros primeros presidentes:
………………………..En 1821 se llevó como excepción la saya celeste en honor del Libertador,
Don José de San Martín. El mariscal Gamarra (1829-1833) inspiró el
uso de la saya «gamarrina», de raso color negro cabritilla, entre las
eposas e hijas de sus partidarios, y el general Orbegoso, la «orbegosina»
de color azul o verde oscuro. La «salaverrina», inspirada por el
desaforado general Salaverry (1835) se distinguía por su forma suelta
y logró imponerse desde fines de la década de 1830.……desde la saya estrecha encarrujada o de medio paso, que durará hasta la década de 1850.
También aparece la evolución de la moda en el manto, desde las tapadas que cambian el negro por otro colorido y que lo usan en la década de 1860 con largos guantes negros. La elegancia de las limeñas nunca tuvo limites pues siempre llamaron la atención de cuanto visitante llego a Lima y el manto las hacía mucho mas misteriosas y enigmáticas pues la intriga paso a convertirse en la especialidad femenina y solo una mirada por la pequeña abertura del manto hacia caer rendido a sus pies a los galanes que las miraban y que en algún momento esperaban ser ellos los conquistadores pero al final terminaban conquistados.